All.

Hoy es un día extraño... Quiero escribir pero al ver el folio en blanco, mi mente se ha quedado igual. Llevo semanas pensando en qué iba hablar en esta entrada y ya lo tenía decidido pero ahora, supongo que mi tema elegido se ha ido a la mierda por dejarlo pasar. Hubiera sido perfecto, me había pasado noches enteras en vela componiendo, escribiendo, creando... Pero bueno, ahora mi esfuerzo llega tarde y pese a que estoy satisfecha con el resultado, puede tirarse a la basura. YA NO SIRVE. Fue demasiado tarde pero bueno, eso es otra historia.

La cosa es extraña, siento que tengo que hablar de todo pero la verdad es que, es casi imposible. Quisiera decir tantas cosas... Cosas que tenía que haber dicho pero me callé porque nunca sé como abrirme. Supongo que aunque las ponga aquí, aquí se quedarán dado que son palabras y no van más allá porque en seguida caen en el olvido. ¿Qué más da que escriba algo aquí si cuando lo leáis enseguida no os acordareis? No lo tomareis en cuenta, pensareis que no lo escribí yo, lo valorareis durante décimas de segundo o yo que sé. Pero quiero que os enteréis de que yo aquí escribo con mi corazón y que cada letra ha salido de mi propia mano, hablo con palabras mudas que sólo pueden ser leídas ya que no sé hacer otra cosas.

Ahora, ya está bien de enrollarme con estas pequeñas descripciones que sólo hablan de un único tema en concreto, la obsesión continua que llena mi mente desde hace más de un año...

Lo primero de todo, quiero que estás líneas vayan cargadas de apoyo. Apoyo para ti porque te lo mereces ante todo lo demás. Estoy aquí para lo que sea como tú lo estuviste para mí tiempo atrás. Nunca voy a olvidar la forma de tu rostro cuando dibujas esa sonrisa tan bonita, Esa sonrisa me da fuerzas cuando tu cara se baña de lágrimas, fuerzas para intentar a volverla a dibujar. Me hace muy feliz saber que en ocasiones soy capaz, me creo útil. Estoy cuando quieras que lo esté, a cualquier hora y lugar porque es mi deber como amiga.

Lo segundo es que estoy HARTA. Sí, harta, sin rodeos ni metáforas. Cansada de ver cómo mi grupo de amigos desde hace años se separa, peleándose, clavándose puñaladas, mintiéndose, dejándose llevar por lo que dicen terceras personas... ¡Yo no puedo más!, en serio, acabaré explotando y eso sería horrible para mí. Ante todo, sois los mejores pero todos juntos, no por separado. Vosotros sois capaces de animar hasta a un emo suicida... ¿Pero ahora? Ahora sólo quitáis las ganas de salir con vuestras peleas... Quiero ver otra vez esos sentimientos de complicidad, esas ganas de reír, esa unión.

Bueno, no quiero parecer sentimental o con unos cambios de humor demasiado bruscos pero es que mi cabeza está así de revuelta, con un millón de cosas contradictorias. Podría deciros que es como el famoso juego escocés de la cuerda, un tira y afloja... A un lado hay un equipo y al otro, el rival. ¿Y yo dónde estoy? Pues en el medio, por supuesto. Moviéndome según quien tire más fuerte.

Tengo muchas cosas en qué pensar y por eso no soy capaz de conciliar el sueño ya. Cosas familiares, de salud, de amigos, amor, celos, mentiras, tristezas... Curiosamente, podría sobrellevarlo mejor si todo esto estuviera en diferentes círculos de mi corazón pero la cosa es que NO es así. Todo lo importante para mí funciona mal. Mi Todo, lo que me forma, el componente de mi alma, se está estropeando. Antes era yo quien iba mal con mis problemas tontos y mi egoísmo y ahora es Todo. No es porque yo esté triste, deprimida o demás sinónimos es más, yo estoy genial dado a que cada día sé más quién soy. Sólo es que estoy desconforme con lo que pasa a mi alrededor, nada más.

Por eso, quiero terminar diciendo que estoy aquí para quien sea. Y cuando digo cualquiera, es todo el mundo; me da igual que no seamos muy amigos o hayamos tenido roces en el pasado. No es que me quiera hacer la buena, que conste. Sólo que considero que tender la mano para levantar a alguien caído es un hecho de humanidad. Un mismo Todo que compartimos.