lunes, 29 de noviembre de 2010

4 días de escritura por 15 días de vacío.

Bueno, últimamente mi terapia para no dejarme vencer por las malas noticas ha sido escribir y escribir en una vieja libreta con un simbolismo comercial.
La verdad es que me ha ayudado bastante aunque... sigo con esa idea loca en mi cabeza. Es imposible quitársela de la cabeza.
Sin más preámbulos, procederé a poner mis cuatro días de intento, intento de romper esa enorme y fuerte cadena llamada vida:

- ¿Existen los Ángeles?
Ojalá viniese alguien.
Ojalá alguien me escuche. Oiga mis susurros pequeños y ligeros y se apiade de mí.
Ojalá alguien tenga la suspicacia suficiente para entender mis señales , silenciosas, invisibles, mudas…
Pedazo de corazón vacío y roto. Eso es lo que queda de mí. Ni vagabundo ni alcohólico ni asesino vive en peor miseria que yo. Despedazada, completa e incompleta parte de mí.
Nada de todo y todo de nada.
Curiosa contradicción.
Pasado innombrable, muerte acechante y lágrimas secas.
Un suave desierto se mezcla con el mar… Regusto árido y salado.
Acarreo con penas que ni siquiera llevan mi nombre.

¿Los ángeles existen?

Ojalá viniese un ángel.
Ojalá alguien un ángel me escuche. Oiga mis susurros pequeños y ligeros y se apiade de mí.
Ojalá un ángel tenga la suspicacia suficiente para entender mis señales quietas, silenciosas, invisibles, mudas…

OJALÁ UN ÁNGEL ME SALVE.
De esta nada que lo es todo en mí, que enfría el fuego y vuelve insensible el corazón.
Ojalá que esté aquí, ahora.
Ojalá me abrace y llore por mí.
Ojalá me haga sentir de nuevo, me haga hacer querer vivir.

¿Los ángeles existen? ¡Dímelo!
¿Existen?
¿Existen los ángeles que Dios creó para salvar al ser humano?
Si existen, que me salven a mí.
O…
¿Tan vacía estoy por dentro que ni ser soy?

Entonces, como ni ser ni cosa, ningún ángel me salvará.
Porque no existen para mí.
O…
¿Yo no existo para ellos?


-No se puede dormir sin poesía.

No se puede dormir con la luz encendida,
no se puede dormir con llenuras en la cabeza,
no se puede dormir con el alma ida.

Hora tras hora hace el día a día mi pesadilla
donde ya no sé qué es real y qué es mentira.
Ahora resulta que tampoco sé qué es poesía.

Poesía es todo para mí en esta vida:
mi consuelo, mi psicólogo, mi amante, mi razón.

Y no existe hombre en este mundo
que camine con el corazón en mano, desnudo y desprotegido,
para que todos vean su hermoso latir.

Porque, poesía, es nuestra razón de existir:
nuestro oxígeno, nuestra respiración, nuestra ansia, nuestra pasión.
Pasión con “P” de poesía,
fiebre de lujuria y ensoñación.

No se puede dormir con la luz encendida,
no se puede dormir con llenuras en la cabeza,
no se puede dormir con el alma ida,
no se puede dormir sin poesía:
no se puede dormir
sin
ti.


-Musa.

No puedo concentrarme porque mi musa ya no está.
Su ausencia es mi presencia, mi falta de fe y de inspiración.
Triste y solitaria vida sin mi musa, sin mi amor.

Pobre poeta, sin sentimiento, condenado a escribir siempre los versos más tristes y vacíos.

¿Cuál ha sido su pecado para tener
que vagar sola por este mundo
extenso, lleno, cruel y feliz
siendo ella: sola vacía apiadada y taciturna?
Castigo injusto y eterno sin ninguna rima, sin ningún calor.

Pobre corazón, el mío, condenado a mirar el hueco que dejó sin ni siquiera echarme de menos.
¿Cuál es el masoquista motivo
por el que vivo ahora en este mundo
paradójico, onírico, inservible y desinteresado
siendo yo: sarcástica, irónica, única e infeliz?
Castigo lógico y calculador sin ninguna lágrima, sin ningún pudor.


-No quiero.

No quiero,
no quiero olvidarte.
No quiero,
no quiero dejar de observarte,
No quiero,
no quiero ignorarte.
No quiero,
no quiero dejar de amarte.
No quiero; no puedo,
no puedo tenerte.


-Frío.

Tengo frío;
tirito, no respiro,
me ahogo;
tengo frío, frío de ti.

Lloro, pero las lágrimas
se congelan y se rompen tras de mí.
La ventisca me envuelve,
me vacía, me llene, me detiene.

Tengo frío;
nadie me arropa, me calienta,
me derrite;
tengo frío, frío de ti.

Y tú me entumeces con tu mirada,
gélida y distante; y yo,
con los labios morados, deseo
que logren calentarme los tuyos.

Tengo frío, quiero salir de aquí.


-Arco iris de ti.

El mundo arde a su propia voz,
donde todo es una gran mancha de pasión.
Rojo, fuego de color que define el amor.

Mientras que todo está en llamas,
la humanidad siempre ha de creer en lo que ve.
Naranja, rayo de color que envuelve la fe.

Y las cenizas rodean nuestro planeta,
como una persona protegería a quienes ama.
Amarillo, destello de color que nombra a la amistad.

Tras toda la destrucción de un incendio,
debemos de aprender a esperar.
Verde, savia de color que palpita en esperanza.

No debemos sucumbir al movido oleaje,
aprendamos a tener a nuestra alma en tranquilidad.
Azul, agua de color capitaneada por la paz.

Permitamos el beneficio de la duda
a todos aquellos culpables vacíos de remordimientos.
Añil, bandera de color significante de la justicia, el honor.

Cuando todo esto haya sido olvidado,
siempre quedará la duda de toda esta luz.
Violeta, sombra de color que lleva siempre la inquietud.

Arco iris de color,
arco iris de ti, de mí.
Tú y yo ardemos en un mismo fuego,
llenos de fe, más allá de amistad
pero cortos de esperanza.

Arco iris de color,
arco iris de ti, de mí.
Tú y yo, juntos en calma,
en completa lealtad
pero con la inquietud de que todo esto termine.

Tú lo terminaste y yo, sin color,
observo eso ti de mí.


-Patines rotos.

Una hoja cae de un árbol
como pluma de un pájaro,
desaparecida y vagabunda.

Los ángeles lloran.

Las gotas de lluvia se pierden
al desplegarse por el cielo,
grisáceo y nuboso.

Los ángeles lloran.

El tiempo se detiene en un instante,
un segundo sin respiración
que en seco nos detiene.

Sus amigos lloran.

Se cristalizan las lágrimas,
todas elas cargadas de dolor
y cada una escrita con un "te echo de menos".

Sus amigos lloran.

Observan su pérdida y siente,
que hoy ha muerto una parte de sí mismos.
Les falta un pedazo de corazón.

Yo me entristezco.

Me cuenta cómo era él,
portador siempre de una sonrisa.
No lo conocía pero también lo echo de menos.

Yo me entristezco.

Y los patines serán siempre su símbolo
porque le han permitido llegar muy lejos.
Tan lejos, que ahora no se le ve.

Los ángeles lloran,
sus amigos lloran,
y yo, me entristezco
pensando por qué Dios es tan injusto.

Los caballeros de sonrisas,
los nobles de corazón,
los deslizadores del asfalto,
los desconocidos, los queridos;
te echarán de menos.




-Intentos fallidos.
Esto irá escrito en prosa:
"Hay veces que piensas que sencillo. Que sólo hay que coger un paquete de antidepresivos o sedantes e hincharse a pastillas para luego, esperar.
Pero NO LO ES porque por mucho que te empeñes en creerlo, hay algo más que ese deseo cobarde y egoísta.
¿Qué pasará con aquellos que te quieren? No lo niegues, alguien sentirá tu pérdida porque siempre tendremos a alguien que llore por nosotros. Por mucho que nos cueste verlo.
Dime, ¿lo harás sabiendo que harás daño a quienes te quieren?
Sé que no.
Principalmentente, porque ya lo intentaste de muchas formas pero siempre en el último instante, dejas la última pastilla sobre la encimera del baño.
Sí, no te sorprendas. Te he visto muchas veces como también te vi coger la cuchilla y rasgar tus muñecas en vertial.
Sé cómo te sientes.
De muchísimas formas lo has intentado pero siempre, siempre has detenido el punto y final.
¿POR QUÉ?
Porque te queda un pequeño rastro de humanidad y aunque tú no quieras vivir, vivirás para que los que te necesitan no mueran contigo.
Sí, lo sé. Yo también lo he vivido".


-Vida de vasos:
El vaso cayó al suelo, rompiéndose en mil pedazos. Rompiéndose en recuerdos. Recuerdos desperdigados por el suelo.
Era como ver caer toda una vida ante mis ojos.
Lo observé como quien observa a la persona que más ama morir.
Sentí como si yo también fuera un vaso que se desquebraja. Lo sentí y también sentí el dolor que producía al despedazarse.
Miré a su otro compañero, un vasito frágil de color transparente y solitario, que estaba encima de la mesa.
No sabía qué me producía mayor sufrimiento: el vaso que estaba muerto o el que lo había contemplado morir.
Entonces, empujé al sobreviviente al vació y escuché el ligero "crack" que produjo al chocar contra el suelo.
Lo vi desfregmentarse en miles de pedazos a cámara lenta.
Me sentí morir.
El primer vaso y el pequeño estaban tan juntos que ni siquiera se destinguían los trozos de cada uno.
Una lágrima recorrió mi mejilla. Estaba satisfecha.
Al menos, ellos dos estaban ahí, uno al lado del otro.
Qué pena ke dio saber que esos vasos llevaban nuestro nombre, que cada uno era del otro, pero que a diferencia nuestra; ellos estarían para siempre.
Barrí con la escoba los momentos y los recuerdos mientras me perdía en ellos.

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Bueno y tras estas interminables líneas, doy final a una mala racha que espero que no vuelva o me dejará tocada otra vez.
Oh, ahora que me lo pregunto... ¿Por qué siempre me deprimo a finales de noviembre y en diciembre?


viernes, 19 de noviembre de 2010

¿Casualidad?

Llego tarde... pero no me importa. Llueve y me estoy mojando, pero no me importa. Tampoco me importaría que me atropeyase un camión. Al fin y al cabo, nada me importa ya.
Y de pronto, al caminar por la calle, veo algo escrito en la pared. Es de color naranja, dibujado con una caligrafía simple y estrecha... Y trae bien grande:
SONRÍE.

Dejo de caminar. Me quedo mirándolo y lo miro; lo miro hasta que la imagen se graba en mi retina. La gente sigue su rumbo por la acera y aunque se crucen dentro de mi campo de visión, no logro borrar ese graffiti de mi cabeza.
De pronto, siento que estoy muy lejos de ahí...

"Estoy tirada en el suelo hecha un ovillo y los gritos me rodean, haciendo que mi fortaleza se resquebraje en millones de cristales rotos al igual que mis recuerdos. No puedo respirar debido al dolor y en seguida comprendo el por qué: sangro y tengo cardenales por todas partes. Mi mente intenta deducir qué sufrimiento es más fuerte y tras un instante con los ojos cerrados, dedido que es el psicológico por encima del físico...

Y en este preciso instante es cuando me pregunto por qué yo.
Los golpes se repiten mientras, él, chilla dándome patadas. Deseo morir antes que seguir viviendo en ese instante.
Ojalá no pudiera verme las muñecas desde aquí.
-¿Que tu vida apesta?-su voz me rompe los tímpanos, es desgarradora.
Me levanta como si fuera un trozo de blandiblú y me lanza contra la pared. Toso y escupo sangre.
-¡Pues no vivas!
Quiero llorar pero a la vez no quiero. No puedo darle ese placer. Se acerca a mí y mi corazón se enconge a causa del miedo. Con una mirada frenética, coge la cuchilla y comienza a ra
sgar mi piel lentamente. Cortes horizontales, verticales, diagonales... La vida se me escapa con un color carmesí.
Me entran ganas de reír al pensar quién se acordará de mí, quién llorará por mí, quién me echará de menos."

El ruido de la bocina de un coche, me despierta de mi mal sueño. Me escuezen las cicatrices e, ignorándolas, me bajo la manga de la chaqueta y me doy la vuelta intentando convencerme a mí misma que nunca más me volverá a pasar algo como aquello. Me equivocaba.





Basado en un pedazo del libro"Temblor", Maggie Stiefvater.



Pese a la tristeza que refleja este texto, es capaz de animarme. Porque yo, hoy mismo, he visto un graffiti que ponía muy grande: "SONRÍE" y pese a que tenía los labios apretados a causa de que quería mantener la serenidad, no pude evitar dibujar una sonrisa en mi rostro. Porque cada cosa mala que nos pasa, trae una buena a continuación.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Nothing more to say.

No hay nada mejor que un día soleado en pleno otoño, una canción que te anime y el viento acariciándote la piel para inspirarte.
Para inspirarte de ganas de vivir, de sonreír, de querer, de soñar... Para inspirarte de esperanzas.
Para inspirarte; llenarte de su esencia y brillo para así, darte cuenta que aunque todo esté perdido, siempre merece la pena.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Everyone wants something from me.


¿Qué le pasa últimamente a todo el mundo?
Cada vez que me habla alguien es para pedirme un favor. No soy Papá Noel para traer regalos a medio planeta y menos aún Mª Teresa de Calcuta para hacer de la hermanita de la caridad.
Adoro ayudar a mis amigos aunque los que sólo os dirigís a mí para pedirme que retoque una foto, os sujete el bolso, os acompañe a comprar algo... Quiero que sepais que por mi parte aunque os siga haciendo ésas cosas que necesitais de mí, me irrita bastante.
Me siento como una especie de mujer tarea; de estos objetos que no son desechables pero que sólo se usan en raras ocasiones y cuando no son necesarios, se guardan en un rincón y ni siquiera se les mira cada vez que abres la puerta del armario. Se quedan ahí cubriéndose de polvo.
Pues aunque me querais dar ese uso, NO soy un objeto a vuestra disposición.
Estoy harta no, hartísima de ir detrás del culo de todo el mundo todo el rato. Que si "Nana" por aquí, "Nana" por allá; algunos incluso usan diminutivos para que suena más bonito aunque no os haré caso igual.
Así que, podeis iros a la mierda un cacho.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Incoloro, desilusionador: sueños rotos y mariposas.

...
¿Pues qué decir? La verdad es que ni yo misma lo sé y estareis pensando "pues vaya bien que ni ella misma se aclara...". Pues sí, ni yo misma me entiendo.

Por primera vez sigo la regla de: "No escribir el título al principio y sólo hacerlo al final". Así que, dejaré fluir mi bolígrafo sobre este folio arrugado y lleno de manchas de chocolate.

La verdad es que estoy rara (más de lo que ya soy habitualmente) porque no logro definir mi estado de ánimo. Tengo momentos de bajón constantes y... no sé cómo reaccionar ante ciertas situaciones de mi vida actual. Me siento algo... imbécil. Ése es el adjetivo perfecto porque últimamente no sé nunca nada, nunca sé la respuesta de nada.

Si ahora tuviera que describir la situación con sóla una palabra , la primera que me pasaría por la mente es: DESILUSIÓN. La desilusión de ver tus fantasías de finales de cuento con un mundo de color rosa y llenos de unicornios y gente feliz tirada en la basura, no es una visión muy agradable. Podría atreverme a decir que es como si a un niño le quitaran su afán por querer ser un superhéroe o una princesa.

La cosa es que en el fondo, muy en el fondo, supe que me estaba engañando a mí misma creyéndome todas esas falsas tonterías, esas falsas pruebas. Pero bueno, de sueños vive el ser humano y yo como tal, tengo una sobredosis de su oxígeno. Siempre fui así y así siempre seré.
Posiblemente, tenga más metas y sueños despedazados que todas las veces que mi respiración se acelera al observar la cosa más bella e imperfecta que logra paralizarme.

Y esto, me recuerda de forma ridícula a la teoría del caos donde dice que hasta el simple aleteo de una mariposa puede destrozar algo perfecto. Puede crear tsunamis, provocar que un cúmulo de nubes que haga una tormenta... La cosa más pequeña, más simple e incluso estúpida, puede cambiarlo todo. Del blanco al negro, dar la vuelta a la tortilla.

Algo así me pasó a mí y por eso puede decirse que ya no sé cómo actuar, qué hacer, qué pensar o sentir.

Porque si estás acostumbrado a un tipo de vida y de un día para otro, se vuelve el mundo al revés, es como si fuera el fin del mundo y tú fueras la única cosa que no encaja en él.