jueves, 15 de noviembre de 2012

Breathe.

Llevo toda la noche despierta imaginando cómo podría ser una vida sin ti. Me estremece la idea porque el simple hecho de imaginarme en un cuarto oscuras, sola y con el corazón roto, me hace sentir vacía. Vacía de todas esas cosas que me das, de todo tu universo magnífico y absorbente. Porque dime, mi pequeña luz, ¿quién sería yo sin tus estrellas, sin el río de tu cuerpo fluyendo por el caudal del mío? ¿Quién sería yo sin tus nubes, sin tu suelo? Sería tan sólo una chica y esa es la idea que menos me gusta de mí; sólo merece la pena si junto a esa chica, estás tú recorriendo el cielo, respirándome.
Me encanta observar tu rostro, enamorarme más de tu boca y tus ojos cerrados mientras que plácidamente duermes a mi lado. Sigo pensando lo mismo que creí siempre, que jamás podré mirar a otro sol sin quemarme a no ser que seas tú. Sigo necesitando tus besos, tu forma de mirarme, de tocarme. Sigo necesitando tu aliento.
Créeme cuando te digo que la magia proviene de tu alma, que los hechizos de amor los creaste tú y que los cuentos que ahora se narran a los niños, se han escrito por ti; los he escrito yo. He seguido tu historia a través de bosques, montañas y mares para pintar en cada uno de ellos una letra con tu nombre. Tú eres Bella y la bestia aquí soy yo, eres el conejo del reloj que persigo ansíadamente, mi fantasía dos mil, mis tres deseos de la lámpara.

Aprendí a pintar para dibujarte a ti, aprendí a cantar para escucharte hablar, aprendí a tocar la guitarra para escucharte reír y lo mejor de todo, aprendí a escribir para hacerte mía.
Sabes, mi amor, hemos pasado guerras. Hemos hecho frente a nuestro propio muro de Berlín y hemos sigo testigos de su caída insólita ante nuestras pupilas verde y marrón. Que viva la paz en tus labios, que viva la misericordia en tus manos, que vivamos tú y yo. Disparé todas mis balas, mataré monstruos por ti, cazaré fantasmas con un sólo propósito, que te cases conmigo.
Desde que te conocí, he intentado ser Morfeo. Cruzo tus sueños e intento cumplirlos, intento hacer realidad tus sueños esbozados en el cuaderno de tu mochila añil. Llenaré tu mundo de colores, cuidaré de tu sonrisa y tendré a mano el hilo por si se descose de tu boca rosada. También llenaré tu cuarto de flores, parándome en buscar las que mejor peguen con tu belleza.
Bendita sea la pureza de tu alma, bendito sea ese punto que tienes que es un no sé qué que me vuelve loca. Benditos sean esos besos, esas sensaciones, ese cariño, ese momento en el que me creo especial, ese amor, todo esto que me das.

Y desde aquí, desde tu lado de la cama, te digo:
Buenos días, princesa, no me hace falta dormir para soñar contigo.
 Quiero mil y una noches más contigo.Y para cuando terminen, mil y una más.