domingo, 11 de diciembre de 2011

Breathe me.

Hoy vengo a contar la mejor historia jamás narrada. Nuestra historia.

“Mi vida se basaba en un lugar de desilusiones, casas vacías y esperanzas perdidas. La desolación que había en mi trastero era aterradora. Estaba todo tan oscuro, que quería llorar pero no veía la luz para poder encontrar mis lágrimas… Me ahogaba en palabras que nadie había dicho y en hechos que nunca lograré aceptar.
La gente había destruido mi parte buena y ya no existía nada de mí que fuese real, que mereciese la pena. Era un manojo de nada, de sueños rotos.
Las personas se habían convertido en el peor monstruo de mis pesadillas, me devoraban viva. No podía escapar y en un intento desesperado entre mordida y mordida, tomé un poco de aire…
Llegó el verano y con él, cogí mi mochila y guardé mi corazón en ella con la última ilusión de un ser más vivo que muerto. Partí en busca de algo, partí en busca de la música que tanto me sujetaba en ese sótano tan oscuro…
Pero lo que hallé fue algo tan inesperado como toparse de golpe con la canción perfecta. Sólo me hizo falta tenerla de frente para que mi vida diese un giro de 360º. Sentí como el mundo se detenía un instante, los pájaros dejaron de volar, las estrellas de brillar, el planeta de girar porque todo se paró al encontrarme por simple casualidad, con mi razón para todo. Una chispa amaneció en mí, quemándome con su calor; derretía mi hielo y espantaba mis miedos. Fue la mejor sensación que he experimentado en mi vida, fue magia. Tu magia.
Desde ahí, tan sólo tuve que subir las escaleras de mi sótano. Tú aferrabas mi mano y luchabas contra mi mayor monstruo: mi tristeza. Abriste la puerta, sin ninguna dificultad porque tú eras la llave que tanto tiempo busqué a tantas entre las sombras. Y subimos, subimos y subimos, seguimos subiendo. Saltamos por la ventana del ático de mi mente y ahora volamos hacia  mi corazón, tierra conquistada por tu nombre y sólo tu nombre. Esa tierra donde nadie entra nunca pero que tú la tomaste fácilmente porque siempre había sido tuya, había nacido para ti, para amarte.

Tus labios escapan a la acidez del viento, tus voces se mezclan con el eco del tiempo, y nada de lo que aquí suceda tendrá un verdadero significado.
Tengo mis rodillas llenas de cicatrices y raramente recuerdo como las conseguí.
El paraíso es la utopía que creaste alrededor de tus sonrisas, mil historias de fantasía donde te quedas siempre hasta el final. Jamás fui fanática de los finales, por eso siempre les di un lugar donde comenzar.
¿Acaso no has visto los murales en mi techo?, las estrellas coloridas que pegué, en verdad son hermosas, lástima que la oscuridad las tenga que ocultar aunque las mañanas llegan pronto a tu lado.
No quiero un mundo lleno de sueños, tanta miel suele empalagar, pero bueno, siempre amé dulce el té. No es que sea de gusto exigente, sé lo que quiero y eso obtengo; lo que mi corazón puede alcanzar, todo por lo que mi espíritu está dispuesto a luchar, y tú amor, hoy sueles ser mi primer misión.

Porque ya sabes, muchísimas veces te he dicho que te quiero, sí, eso y mil y una cosas más.
Te pasas horas mirándome, sin decir nada, con esa carita que pones; y a mí me vuelves loca.
No podría describir estos últimos meses, porque ni yo sabría cómo hacerlo. Han sido especiales, maravillosos; poca gente puede conseguir eso, pero tú y yo lo hemos hecho.
No puedo evitar sacarte una sonrisa en tus días tristes, porque así alegras los míos. No sabes lo que siento cuando te hago sonreír; cuando después de eso me abrazas y me dices que solo me quieres a mí. Cuando me dices que por mí haces lo que sea, y que te importo yo más que tú misma…

Porque eres tú, como una promesa... Eres tú, eres tú. Un sueño en mi mente, que se escapa por la piel; un letrero en el cielo, que te dice que te amo, que te respeto y que contigo me llevas al paraíso, y saber que no será sólo en mis sueños donde me entregaré a ti. Porque tengo una vida entera para hacerlo, porque soy tuya.

Vamos a escribir la historia interminable de nuestro futuro donde tú has dado forma a mis sueños, recompusiste mis esperanzas y me diste fuerza, la que tanto necesitaba; secaste mis lágrimas, las sustituiste por sonrisas y llenaste mis nadas de dulces palabras". 
Porque es así, no puedo terminar de contarte esto porque nunca puede terminar. Así que, aquí lo dejo en un infinito misterio, espero que te haya hecho sonreír.

Te amo, chica que hace amanecer mis noches con su sonrisa.
Tres meses son sólo un pequeño número en nuestro infinito y un par de días comparados con todos los que tenemos por delante.
Recuerda que este pequeño texto, es sólo uno de los millones que puedo regalarte y especialmente hoy, que te esperan alguna que otra sorpresa. 

Nunca te olvides de sonreír, como te digo siempre.


11.30∞