viernes, 19 de noviembre de 2010

¿Casualidad?

Llego tarde... pero no me importa. Llueve y me estoy mojando, pero no me importa. Tampoco me importaría que me atropeyase un camión. Al fin y al cabo, nada me importa ya.
Y de pronto, al caminar por la calle, veo algo escrito en la pared. Es de color naranja, dibujado con una caligrafía simple y estrecha... Y trae bien grande:
SONRÍE.

Dejo de caminar. Me quedo mirándolo y lo miro; lo miro hasta que la imagen se graba en mi retina. La gente sigue su rumbo por la acera y aunque se crucen dentro de mi campo de visión, no logro borrar ese graffiti de mi cabeza.
De pronto, siento que estoy muy lejos de ahí...

"Estoy tirada en el suelo hecha un ovillo y los gritos me rodean, haciendo que mi fortaleza se resquebraje en millones de cristales rotos al igual que mis recuerdos. No puedo respirar debido al dolor y en seguida comprendo el por qué: sangro y tengo cardenales por todas partes. Mi mente intenta deducir qué sufrimiento es más fuerte y tras un instante con los ojos cerrados, dedido que es el psicológico por encima del físico...

Y en este preciso instante es cuando me pregunto por qué yo.
Los golpes se repiten mientras, él, chilla dándome patadas. Deseo morir antes que seguir viviendo en ese instante.
Ojalá no pudiera verme las muñecas desde aquí.
-¿Que tu vida apesta?-su voz me rompe los tímpanos, es desgarradora.
Me levanta como si fuera un trozo de blandiblú y me lanza contra la pared. Toso y escupo sangre.
-¡Pues no vivas!
Quiero llorar pero a la vez no quiero. No puedo darle ese placer. Se acerca a mí y mi corazón se enconge a causa del miedo. Con una mirada frenética, coge la cuchilla y comienza a ra
sgar mi piel lentamente. Cortes horizontales, verticales, diagonales... La vida se me escapa con un color carmesí.
Me entran ganas de reír al pensar quién se acordará de mí, quién llorará por mí, quién me echará de menos."

El ruido de la bocina de un coche, me despierta de mi mal sueño. Me escuezen las cicatrices e, ignorándolas, me bajo la manga de la chaqueta y me doy la vuelta intentando convencerme a mí misma que nunca más me volverá a pasar algo como aquello. Me equivocaba.





Basado en un pedazo del libro"Temblor", Maggie Stiefvater.



Pese a la tristeza que refleja este texto, es capaz de animarme. Porque yo, hoy mismo, he visto un graffiti que ponía muy grande: "SONRÍE" y pese a que tenía los labios apretados a causa de que quería mantener la serenidad, no pude evitar dibujar una sonrisa en mi rostro. Porque cada cosa mala que nos pasa, trae una buena a continuación.

4 comentarios:

  1. Me ha encantado,ese libro me lo tengo que leer :)

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  2. Es genial! :)
    Tiene dos partes y seguramente, una tercera :D

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  3. Porque las alas de la mariposa están luchando para traernos nieve de blanca Navidad.
    Lo pasaremos bien juntas. Te lo prometo.

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