martes, 9 de agosto de 2011

Pyramid Song.


Crucé el puente del destino con el temor de que la vida se escapara de mis manos. Busqué tu nombre entre los suspiros que dejaba el viento de tu ausencia; sé que te perdí entre lamentos, gastando el tiempo que tenía en maldecir la mala suerte que siempre he tenido.
Crucé mis dedos esperando cumplir el puñado de sueños que me quedaban por cumplir. Hecha a la idea de que, yo nunca voy a dejar de amar al cielo aunque el cielo se quede demasiado extenso para mí. Una vez que probé la perfección, todo me sabe demasido soso.
Crucé la mirada con aquel lugar de esperanzas, de recuerdos que trajeron el fuego de aquella noche tan fría. Suspiré entre tantos suspiros que se perdieron y seguí buscando con anhelo aquel yo que tanto ansiaba encontrar.
Crucé con pasos de gigante siendo yo demasiado pequeña como para comprender el peligro de mis hazañas. La pirámide de la vida se desmoronó tan rápido que ni siquiera había tomado aire. La arena inundó mis pulmones y me volvió seca...

Buscando mi razón, sin ningún rumbo fijo y como un fantasma sin guía; desnuda de corazón, con el alma en pausa y con la temperatura fría. Así es como quedó mi vida cuando una la desgarró, otros la rompieron y por último, yo la miré desde mi Nada. Creí que era mejor de lo que había sido pero nunca fue algo excelente pero ahora me doy cuenta de que uno es mejor que cero.
Mi error fue quererte tanto que me duelen hasta las llemas de los dedos por apretar los puños de rabia al seguir amándote en silencio y saber que tú brillas en mi ausencia.
Mi error fue perder el tiempo en sueños que en realidad no necesitaba tanto y comerme los que daban sentido a mi vida.
Mi error fue echarme la culpa de que mi hogar ya no fuese mi hogar por el simple hecho de que la gente, dejó de ser gente y mi familia dejó de ser familia.
Mi error fue verme pequeña cuando yo puedo valir más que muchas personas. No soy un titán pero tal vez no sea un gnomo.
Mi error, fue errar aún sabiéndolo que lo hacía; dejarme morir por dentro porque por fuera era demasiado egoísta; tener una guerra conmigo misma todos los días.
Pero sobre todo, sobre todo, sobre todo mi error fue no valorar la vida. Esa vida que sólo tienes una vez, que sale en las películas y que a veces, sólo a veces, puede enseñarte que hay un final feliz para cada drama en mi pupila.

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