Una flor que nunca nació pero la viste morir, una hermosa melodía que jamás fue compuesta, una mirada que te vio pero que nunca te ayudó, un paisaje en movimiento pero a la vez estático, casi muerto. Miras, fijas el horizonte, un ocaso que recién comienza, diálogos mudos, sonrisas que se pierden entre murmullos, miradas insatisfechas con gusto a poco, que se dispersan por algún lugar.
Extrañas sensaciones, pensamientos inertes, totalmente amorfos, fuera del alcance de cualquiera pero que no se escapan a la imaginación. Recuerdos que te hacen volver a vivir lo ya vivido, algunos buenos y otros, te ahogan en un mar de viejas penas...Cambia el paisaje, el ocaso muere lento, desaparece a lo lejos un grupo de aves que vuelan hacia el infinito... Los sentidos se multiplican, una luna quieta, oscuridad absoluta, sólo estrellas en una noche veraniega que brinda todo su calor. Un sueño por cumplir que no dejará de ser un sueño hasta que se cumpla, una vida que recién comienza para algún día morir.
Huelo una flor muerta al mismo tiempo que escucho esa melodía, mientras recuerdo tus pupilas, esas que hacen volar mi imaginación.
La frialdad de tu mirada, la dureza que forma la curva de tu boca, la inexpresividad de tu rostro... Son tus formas de observar y hablar las que dicen más de lo que tú has pensado en soltar. Tus palabras rompen tu silencio; tan grande pero pequeña a la vez...
Todo ello, te hace parecer de piedra pero la apariencia te destruye más de lo que la gente puede llegar a imaginar.
Se resbalan las balas por tu piel aunque eso no quiere decir que no te hieran, un tiro directo dentro de tu cuerpo. Has recibido tantos disparos que te hundes por culpa del peso del plomo... Vas directa a aguas muy profundas y gritas socorro a través de una mirada cada vez menos resplandeciente.
Estás tan cansada de vivir rodeada de gente, en soledad, escupiendo líneas mudas que nadie se preocupa por intentar descifrar que entre todo el escombro de basuras, te derrumbaste.
Por fuera, pareces un edificio estable: seguro, firme y fiable. Yo sé bien que tu pilar maestro está a punto de caer y los cimientos tiemblan igual o más que la suela de mis pies.
No hace falta ya que el desamparo y la ausencia sean tus dos mejores amigos, confidentes para tus lágrimas llenas de gotas de dolor acumulado; has encontrado algo más que la pared blanca de tu cuarto, compañía en las letras de tus canciones favoritas.
No soy el mejor pañuelo donde enjuagarte, ni la mente más simpatizante ni siquiera la mejor boca con la que conversar pero me he parado en el camino a ayudarte.
Pero yo... voy a arreglarte.
Nunca olvides que tu sonrisa es mi mejor amanecer y el sol contigo aparece cada día.
He pintado este blog de colores, ahora voy a pintarte a ti.