De todas las posibilidades que existen, tuvo que tocarme el universo paralelo donde todo va al revés de lo que yo deseo. Siempre he sido una cobarde en este lugar de injusticias y las pocas veces que ha abierto la boca, han terminado ahorcando a inocentes.
A veces me piden cosas que no puedo cumplir. He crecido esforzándome por borrar mis defectos. Me educaron para ser perfecta pero no me contaron que no alcanzar la perfección es uno de los dolores más intensos que hay. Cada día veo más errores en mi rostro, cada vez vuelan más pájaros de mis manos, cada segundo cae una estrella del cielo que construí…
Nunca se me han dado bien las matemáticas pero sí que soy lo suficientemente perspicaz para saber despejar las incógnitas, leer entre líneas los sentimientos del resto de personas. Ahora, en este preciso instante, veo que la suma es tan sencilla que prácticamente me río de la ironía. Uno más uno, siempre han sido dos. No existe el número tres en este resultado. Por eso siento que no pertenezco más a ese lugar, prefiero alejarme y sufrir en silencio. A veces es mejor dejar al resto volar lejos y dejarme hundir en el fango.
No seré una experta en la vida, no seré una gran sabia del mundo sentimental pero sí sé qué es el amor y cómo fluye entre dos personas, cuándo se acaba y cuánto duele. Especialmente se sufre cuando uno de los dos decide cambiar el motivo de sus sonrisas por otra persona. Es realmente complicado amar a alguien que es cegado por una luz tan intensa y bella. Como siempre, yo seré una pequeña bombilla fundida en una vieja lámpara de tu habitación. Y todos saben que las luciérnagas prefieren luces puras, tan grandes como soles. Siempre seré un destello ínfimo en un universo de fuegos artificiales.
Hay gente a quien le persigue la fortuna, a mí ha decido acosarme la mala suerte. Es como un chicle que se pega a mis zapatos y me impide dar un paso firme sobre el suelo de tu piel. Camino tropezando constantemente con las piedras de mis pensamientos, las canciones que cantas en silencio y la risa con otro dueño. Que me maten las ideas por perderte porque jamás te diré nada que pueda hacerte llorar. Tienes demasiado agua en tus pulmones y yo no pienso echar un litro de agua sobre tus pupilas.
Tan sólo hay que observar el camino que hay detrás, somos la sombra de lo que hemos sido. Sé que he sido yo la que más errores ha cometido, la que más ha faltado en todas tus batallas. Siempre he querido luchar en cada una de tus guerras internas pero es difícil blandir una espada con palabras cuando tú no me dices dónde están esos monstruos en tu cabeza.
Así que seguiré dándote aire, siendo testigo de cómo divides la carretera de la vida. Siempre seguiré esperando en esta parada de autobús donde me dijeron que pasaba la línea once. Hasta que mis huesos se conviertan en polvo, seguiré sentada donde me dejaste siempre con una sonrisa en el rostro cada vez que te veo aparecer girando la esquina. Siempre temeré tu adiós, por eso me aferro a las sábanas de tu cama mientras sangro por dentro.
A veces me piden cosas que no puedo cumplir. He crecido esforzándome por borrar mis defectos. Me educaron para ser perfecta pero no me contaron que no alcanzar la perfección es uno de los dolores más intensos que hay. Cada día veo más errores en mi rostro, cada vez vuelan más pájaros de mis manos, cada segundo cae una estrella del cielo que construí…
Nunca se me han dado bien las matemáticas pero sí que soy lo suficientemente perspicaz para saber despejar las incógnitas, leer entre líneas los sentimientos del resto de personas. Ahora, en este preciso instante, veo que la suma es tan sencilla que prácticamente me río de la ironía. Uno más uno, siempre han sido dos. No existe el número tres en este resultado. Por eso siento que no pertenezco más a ese lugar, prefiero alejarme y sufrir en silencio. A veces es mejor dejar al resto volar lejos y dejarme hundir en el fango.
No seré una experta en la vida, no seré una gran sabia del mundo sentimental pero sí sé qué es el amor y cómo fluye entre dos personas, cuándo se acaba y cuánto duele. Especialmente se sufre cuando uno de los dos decide cambiar el motivo de sus sonrisas por otra persona. Es realmente complicado amar a alguien que es cegado por una luz tan intensa y bella. Como siempre, yo seré una pequeña bombilla fundida en una vieja lámpara de tu habitación. Y todos saben que las luciérnagas prefieren luces puras, tan grandes como soles. Siempre seré un destello ínfimo en un universo de fuegos artificiales.
Hay gente a quien le persigue la fortuna, a mí ha decido acosarme la mala suerte. Es como un chicle que se pega a mis zapatos y me impide dar un paso firme sobre el suelo de tu piel. Camino tropezando constantemente con las piedras de mis pensamientos, las canciones que cantas en silencio y la risa con otro dueño. Que me maten las ideas por perderte porque jamás te diré nada que pueda hacerte llorar. Tienes demasiado agua en tus pulmones y yo no pienso echar un litro de agua sobre tus pupilas.
Tan sólo hay que observar el camino que hay detrás, somos la sombra de lo que hemos sido. Sé que he sido yo la que más errores ha cometido, la que más ha faltado en todas tus batallas. Siempre he querido luchar en cada una de tus guerras internas pero es difícil blandir una espada con palabras cuando tú no me dices dónde están esos monstruos en tu cabeza.
Así que seguiré dándote aire, siendo testigo de cómo divides la carretera de la vida. Siempre seguiré esperando en esta parada de autobús donde me dijeron que pasaba la línea once. Hasta que mis huesos se conviertan en polvo, seguiré sentada donde me dejaste siempre con una sonrisa en el rostro cada vez que te veo aparecer girando la esquina. Siempre temeré tu adiós, por eso me aferro a las sábanas de tu cama mientras sangro por dentro.
"No quiero que te vayas nunca de mi lado porque noto que todo en mi interior muere y tú eres la única que puede plantar flores en mi pecho. Pero tampoco puedo ser tan egoísta como para pedirte que te quedes".